Las alergias pueden causar reacciones tan inofensivas como una leve irritación de ojos o mucosas, hasta otras muy graves como la dificultad para respirar que, de no tratarse rápidamente, puede llevar a consecuencias fatales. Aunque el riesgo está ahí, es posible evitarlo con las medidas adecuadas de control, cuidado y tratamiento. Si tú o algún familiar padece alergias, este artículo te será de gran utilidad para saber cómo enfrentar las reacciones alérgicas más graves.
Una alergia es una respuesta del sistema inmunitario a ciertos elementos o sustancias inocuas que nuestro organismo confunde con amenazas, llegando a provocar reacciones excesivas como la hinchazón, los estornudos o el prurito. Existen diferentes tipos de alergias: a alimentos, a medicinas, al polvo, al polen, etc. y los síntomas que causan son también diferentes entre sí. Los más comunes son los leves:
- Estornudos
- Ojos llorosos
- Escurrimiento nasal
- Enrojecimiento de la piel
Pero, además, hay otras reacciones que merecen más cuidado, ya que pueden llegar a convertirse en graves sin el tratamiento adecuado. Por ejemplo, la inflamación de las vías respiratorias causada por el asma, la alergia a medicamentos, picaduras de insectos, alimentos o látex. Estas manifestaciones de hipersensibilidad suelen ocurrir en momentos de crisis o luego de una exposición grave como en el caso de las picaduras de abejas o avispas.
Anafilaxia
La anafilaxia es el grado más severo que puede alcanzar una reacción alérgica y puede comprometer la vida del paciente si no se trata de inmediato. Una vez que aparecen los primeros síntomas es imprescindible actuar, pues bastan solo 30 minutos para llegar a consecuencias fatales.
¿Quiénes pueden presentar anafilaxia? Cualquier persona, aunque hay mayor riesgo en asmáticos, trabajadores expuestos con mayor grado a picaduras de insectos, a medicamentos, al látex o a algún alimento como las nueces o los cacahuates. La anafilaxia es especialmente peligrosa cuando la persona no sabe que es alérgica y no está siguiendo ningún tratamiento, también cuando por crisis o accidente existe una exposición al alérgeno.
Síntomas de la anafilaxia
Bastan solo 15 minutos para que aparezcan los primeros focos rojos de una reacción alérgica, pero este lapso puede extenderse hasta una hora luego del contacto. Los síntomas que se presentan son los siguientes y pueden ir de leves a moderados, hasta severos:
- Picor generalizado.
- Ronchas en la piel.
- Erupciones o manchas.
- Dificultad para respirar.
- Hinchazón de garganta.
- Opresión en el pecho.
- Nariz tapada.
- Dificultad para hablar.
- Nauseas, vómito o dolor abdominal.
- Taquicardia.
- Baja repentina de la presión arterial.
- Palidez.
- Pérdida de la consciencia.
A pesar de que la muerte por anafilaxia no es común, es imprescindible saber a qué eres alérgico para tomar las medidas de prevención o tratamiento y evitar este tipo de reacción alergica.
¿En qué momento actuar?
No siempre aparecen todos los síntomas descritos, basta con que se manifieste uno grave solo o combinado con uno leve para diagnosticar la anafilaxia. Una buena medida de precaución es conocer esta reacción a profundidad, los síntomas clásicos y cómo se manifiestan en tu organismo, de este modo sabrás cuándo las cosas no van bien y podrás actuar rápido.
También es recomendable platicar con tu médico sobre qué medicamentos tomar en caso de una reacción alérgica grave y llevarlos siempre contigo. Suelen indicarse las inyecciones de adrenalina o epinefrina, los antihistamínicos y cortisona intravenosos, el oxígeno y el salbutamol.
¿Qué hacer en caso de anafilaxia?
Si te encuentras en una situación de emergencia, lo primero que debes hacer es aplicar el medicamento recetado por tu alergólogo, ya sea adrenalina, salbutamol, etc., e inmediatamente llamar a un servicio de emergencia. Mientras esperas mantente recostado con los pies en alto. Los primeros minutos son esenciales, así que actúa rápido y mantén la calma.
¡Recuerda que la prevención es la clave en estos casos!
Ahora que sabes lo que es la anafilaxia podrás llevar a cabo acciones para evitarla o manejarla de forma adecuada.
